domingo, 19 de febrero de 2017

Mi Segunda Familia

Algunos los suelen llamar compañeros, otros amigos, otro simples conocidos que tienen que aguantar a su lado, otros personas que estudian lo mismo que yo, otros muchos los denominan como “los de mi clase“.
Yo prefiero definirlos como mi segunda familia, con la que paso 6 horas al día de manera obligatoria y otras muchas horas de manera optativa que se convierte en necesaria.
Me gusta hablar de ellos como familia porque es en lo que nos hemos convertido durante estos 15 años. 
15 años en los que hemos llorado, jugado y reído, pero siempre juntos. 
15 años de amistad, de compañerismo y de unión. 
15 de años de confidencias, secretos, lagrimas, sonrisas, guiños y conversaciones. 
Porque otra cosa a lo mejor nos falta, pero ganas de hablar siempre tenemos, todavía no hemos oído a un profesor que no diga la frase “Son muy majos y están muy unidos, pero son muy habladores“, que le vamos a hacer.

Somos muy nuestros, y nunca aceptaremos que nadie nos pase por encima, luchamos y debatimos todo lo que está en nuestra mano. No toleramos que nadie de la familia este de bajón, y si eso ocurre ya nos encargamos nosotros de subirle el ánimo. 
Que no toquen a alguien de los nuestros, que alzamos la voz a la más mínima. Porque otra cosa que tenemos es un tono de voz un poco alto, porque nunca aceptaremos que gritamos, siempre diremos que tenemos un tono de voz un poco alto.

Porque solo nosotros sabemos lo que es tener un Lunes a primera Educación Física o un Viernes a última Filosofía y Economía. Solo nosotros sabemos lo que es sobrevivir a una batalla campal de tizas o a 2 horas seguidas de Historia de España. Sabemos lo que es correr a por las ruedas del patio, llorar porque no sabíamos ponernos el baby o pelearse por ser el primero de la fila. 
Que nos hemos quejado mucho, que si son muchas las obras de Arte, que si el frío del otro pabellón, que si el calor del cuarto piso, que si no tenemos cañón, que si queremos practicas en el laboratorio, que si clase de relajación, que si ojalá no esté hoy y no demos clase son solo una mínima parte de las quejas que nos han tenido que aguantar. 
Somos de las últimas generaciones que vendía castañas, que organizaban duelos entre A y B en el patio pequeño o que cogía el ascensor porque son muchas escaleras que subir y ya estamos mayores.
Hemos sufrido en el cuarto de enfrescar, hemos disfrutado cada día de Santa Teresa como si fuera el ultimo, y hemos comido chocolate en San Enrique, hemos aparentado que sudábamos en el Día del Deporte y hemos cantado lo que fuera en cada excursión. Nos hemos sentido los mayores del patio para después ser los pequeños de la ESO, hemos ensayado bailes, hemos aprendido sevillanas, hemos jugado a Furor y gritado tongo, hemos formado parte de los 100 años del colegio.
Nuestros profesores nos han calificado como uno de los mejores cursos que ha pasado por el colegio, pero también nos ha obligado a tirar chicles y en consecuencia comprar una ronda para todos, nos han chillado, nos han echo llorar de emoción, nos han provocado carcajadas y nos han visto crecer. 

Creo que todos hemos soñado en algún momento con ocupar esa ultima página del anuario, esa página que dedican a los mayores del colegio, sin darnos cuenta que este año esa página era para nosotros, y no es por nada, pero es de las mejores páginas de la historia.
Os quiero, mi segunda familia.






FOTOGRAFÍAS: PASAJE FOTÓGRAFOS

Cuando los zapatos se paran

Este post tengo que dedicárselo si o si a todos ellos.

A los que se fueron
a los que llegaron
y los que siguen estando.
Gracias.



sábado, 11 de febrero de 2017

Pongamos el rosa de moda

Después de unos días ausente de escribir en este blog que tantas alegrías me ha dado en esta última semana, hoy vuelvo con un post de moda de esos que tanto me gustan. Si, ya se que hemos llegado a las 10.000 visitas, pero quiero dejar ese post para la semana que viene cuando ya tenga todo mas asimilado. 

El look de hoy lo definiría como un look muy básico. Quería volver a poner el rosa de moda, y como por lo que parece el rosa chicle va a ser tendencia de la temporada primavera/verano me he adelantado un poco. El outfit se compone de una sudadera rosa chicle con don cremalleras a los laterales, y un pantalón negro para no quitar protagonismo a la sudadera. En esta ocasión lo combiné con una botas color camel porque hacia frío (el tiempo en Valladolid, que por esta fechas no es muy agradable que digamos), pero se combina con cualquier otro tipo de zapatos.